...se queda la luz detenida, esperando a ver si son mandarinas, un silencio infinito en medio de un continuo tráfago de gente, de colores, de sonidos, de sabores de helados "de la Palma", de piedras detenidas, del sol eternamente giratorio prisionero en medio de un patio de vecinos con ropas tendidas, matronas con varices y niños gritones con modos de dos mil años viejos.
Ciudad eternidad.
Escrito por soloclarice a las 13 de Octubre 2004 a las 09:51 AM